Las cuatro historias tienen en común la presencia de pruebas.
La primera prueba: trata sobre la fe monoteísta:
Allah, subhanahu, quiso poner a prueba la fe de los compañeros de la cueva. Fueron pocos los que decidieron apartarse de la mayoría politeísta y abandonar su entorno para preservar su fe. Este es el camino recomendado en tiempos de prueba y propagación del mal. Esta historia es una lección para el musulmán, quien debe apartarse y evitar lo que Allah ha prohibido, incluso si la mayoría lo practica. La verdad merece ser seguida, tal como Allah, subhanahu, dice:
{Si obedecieras a la mayoría de las personas en la Tierra, te apartarían del camino de Allah.}
Además, en otro versículo dice:
{La mayoría de los seres humanos, aunque te esfuerces para que crean, no serán creyentes.}
Algunos de los predecesores piadosos, que Allah tenga misericordia de ellos, dijeron: {No dejes de apreciar la verdad solo porque pocas personas la siguen, ni te sorprendas por la falsedad debido a que muchas personas la siguen.}
Reflexionemos sobre las palabras de Allah Todopoderoso en este noble versículo:
{Di: No se puede equiparar lo malo con lo bueno, así que no te dejes engañar por la abundancia de lo malo. Tengan temor de Allah, ¡oh, gente que reflexiona!, para que así tengan éxito.}
Esto significa que debemos estar alerta y ser precavidos ante todas las formas, características y signos del mal. No debemos dejarnos impresionar por ello, aunque sea abundante o seguido por muchos. La abundancia del mal no beneficia a quienes lo practican, ni les es útil en esta vida ni en la otra. Más bien, les causa un gran daño.
Cuando los compañeros de la cueva despertaron después de 309 años, hicieron incapie hasta en lo que van a comer y dijeron:
{Para que busque la comida más pura.}
Es decir, la mejor y más lícita. Siempre tuvieron presente a Allah, subhanahu, en todas sus acciones y buscaron en todo momento Su complacencia.
La segunda prueba: trata sobre la riqueza y los hijos:
Esta prueba se extrae de la historia de los dos hombres: el creyente y el incrédulo. Ambos poseían riqueza, pero el creyente la gastó en obediencia a Allah y en búsqueda de Su complacencia, mientras que el incrédulo se aferró a sus jardines y posesiones.
Allah quiso mostrarnos cómo el incrédulo se jactó y despreció al creyente por tener menos que él. Esta es una prueba clara para quienes ostentan sus riquezas con soberbia, cayendo en la tentación de la vida mundanal y mirando con desprecio a quienes tienen menos, pensando que son inferiores. Sin embargo, Allah, subhanahu, nos ha creado a todos iguales. Quien recibe una bendición de Él debe mirar a quienes tienen menos, no a quienes tienen más, como dijo el Profeta Muhammad (sws).
Este enfoque permite valorar más lo que se posee y acercarse a los pobres con amor por Allah y en busca de Su complacencia. A veces, incluso una simple sonrisa puede alegrar a alguien.
El error del incrédulo fue pensar que Allah le había concedido estas bendiciones debido a Su amor por él y a su supuesta posición privilegiada ante Él. La tentación del diablo le hizo creer en esta ilusión, olvidando que la riqueza es una prueba. Si Allah, subhanahu, te concede algo, es para ponerte a prueba; y si te priva de algo, también es una prueba.
Finalmente, el incrédulo se arrepintió, pero ya era demasiado tarde.
La tercera prueba: trata sobre el conocimiento:
Esta prueba se extrae de la historia entre el Profeta Moussa (que la paz sea con él) y Al-Jidr. Allah, subhanahu, nos quiso enseñar una valiosa lección a través de la historia de Moussa: nunca debemos decir "Yo soy el más sabio" o "Fulanito es el más sabio", sino más bien debemos atribuir siempre el conocimiento a Allah, subhanahu, pues Él es quien nos bendice con Su conocimiento si así lo quiere.
Otra lección que se nos enseña es que, en la búsqueda del conocimiento, debemos actuar con paciencia y perseverancia, sin apresurarnos a obtener respuestas a todo. Cuando Moussa y su ayudante se cansaron del viaje y Moussa le pidió comida, esto también nos deja una enseñanza: el camino hacia el conocimiento verdadero es difícil y requiere mucho sacrificio y esfuerzo.
A través de Al-Jidr, aprendemos la relación entre el bien y el mal y la importancia de no apresurarnos a cuestionar el decreto de Allah, subhanahu sino más bien a aceptarlo. Nuestro conocimiento queda resumido en una poderosa declaración de Al-Jidr sobre la insignificancia de nuestro conocimiento:
Un pájaro se posó en el borde de la embarcación y sumergió su pico en el agua del mar. Al observar esto, Al-Jidr le dijo a Moisés: "Mi conocimiento y tu conocimiento, en comparación con el conocimiento de Allah, no es más que lo que este pájaro ha tomado del mar con su pico."
Asimismo, nunca debemos seguir el ejemplo de Qarún, quien, con soberbia e ignorancia, dijo cuando Allah, subhanahu, le otorgó grandes tesoros (hasta el punto de que las llaves de sus cofres eran pesadas para un grupo de hombres fuertes):
{Lo que se me ha concedido es gracias a mi conocimiento.}
Este relato nos recuerda que todo el conocimiento y las bendiciones provienen únicamente de Allah, y debemos ser humildes y agradecidos en nuestra búsqueda del saber.
La cuarta y última prueba: trata sobre el poder de gobernar, el reino, la responsabilidad y la justicia:
Allah, subhanahu, puso a Su siervo Dhul-Qarnayn ante una dura prueba: gobernar con equidad en la Tierra, imponer la justicia y garantizar las necesidades básicas de las personas, desde los confines occidentales hasta los extremos orientales. Allah, subhanahu, puso en sus manos todos los recursos posibles, y él no los desaprovechó.
Ciertamente, esta historia es una lección para quienes buscan alcanzar posiciones de poder sobre otras personas sin considerar la equidad, la justicia ni las necesidades básicas de los demás. Dhul-Qarnayn nos enseña cómo un gobernante debe tratar a quienes se niegan a obrar correctamente y, al mismo tiempo, recompensar a aquellos que sí actúan en beneficio de la comunidad.
Con el encierro de Gog y Magog, Dhul-Qarnayn demostró no ser una persona codiciosa ni interesada en retribuciones mundanales; su único deseo e intención eran el bienestar de la gente y la reforma de la Tierra con justicia. No buscó su propio beneficio económico ni contribuyó a la corrupción en la Tierra, sino que priorizó el bien común. Rechazó cualquier compensación material y mundanal por parte del pueblo y se conformó con agradecer a Allah, subhanahu, quien le otorgó el poder, la capacidad y la oportunidad para realizar una obra de tal magnitud.
Ciertamente, todo aquel que desee gobernar con éxito debe pedir ayuda a Su Creador, remitirle todo logro y atribuirle cualquier bendición, tal como dijo Dhul-Qarnayn:
{Esta es una misericordia de mi Señor}.
Este es el comportamiento ejemplar de los gobernantes justos: cuando Allah, subhanahu, les concede grandes bendiciones, su gratitud, reconocimiento y confesión de la gracia de Allah aumentan aún más.
Si analizamos la palabra responsabilidad en su contexto lingüístico, encontramos que proviene del latín responsum, una forma del verbo responder. Por ello, se dice que la responsabilidad es "la habilidad de responder a los compromisos".
En árabe, la palabra مسؤولية (mas'uulía) toma de la raíz del verbo سَأَلَ** (saa'la), que significa "preguntar". Es decir, en el Día del Juicio Final se te preguntará por esa responsabilidad y deberás rendir cuentas sobre el compromiso que tenías: si cumpliste y respondiste adecuadamente con ese cargo o no.
Todas las historias de Al-Kahf subhana Allah si se tuvieran que resumir, se podrían resumir en Conformarse.
- Conformarse porque los compañeros de la cueva se conformaron con una cueva como refugio para preservar su fe monoteísta.
- Conformarse porque el creyente gastó toda su riqueza en la obediencia y complacencia de Allah y se conformó con tener menos riqueza y hijos que el incrédulo.
- Conformarse porque Al-Jidr le dijo a Moussa: "yo tengo un conocimiento que Allah me ha enseñado y que tú no conoces, y tú tienes un conocimiento que Allah te ha enseñado y que yo no conozco". Por lo que esto también es una lección para conformarse con el conocimiento que Allah subhanahu nos concede a cada uno de nosotros y es un mensaje a la vez para evitar a que las personas interfieran en disciplinas para las cuales no están calificadas.
- Por último, conformarse porque Dhul-Qarnayn se conformó con lo que Allah le ha concedido en vez de tomar la retribución mundanal que le ofrecían.
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