La historia de Moussa (Moisés) (que la paz sea con él): (P9) -- El Faraón reúne los magos



Allah subhanahu dice, informando acerca del faraón, que él negó la existencia del Creador, diciendo: {¿Quién es vuestro Señor, oh Moisés?} Moisés respondió: {Nuestro Señor es quien dio a cada cosa su forma y luego la guió.} Es decir: Él es quien creó a las criaturas, decretó para ellas sus obras, provisiones y plazos de vida, y registró todo ello en Su Libro, la Tabla Preservada (al-Lawh al-Mahfūz). Luego guió a cada ser creado hacia aquello que le fue decretado, de modo que sus acciones se ajustan exactamente a lo que Él determinó y supo, por la perfección de Su conocimiento, Su poder y Su decreto. Este versículo es semejante a la palabra del Altísimo: {Glorifica el nombre de tu Señor, el Altísimo, que creó y dio forma, y que decretó y luego guió} [Al-A‘lā: 1-3], es decir, decretó un destino y guió a las criaturas hacia él.

{Dijo [el faraón]: “¿Y qué pasa con las generaciones anteriores?”} El faraón quiere insinuar lo siguiente: “Si tu Señor es el Creador, el que decreta y guía a las criaturas según lo que ha determinado, y si es como tú dices, que solo Él merece ser adorado, ¿por qué entonces los antiguos adoraron a otros fuera de Él, y asociaron con Él a los astros y a los ídolos ¿Por qué no se guiaron las generaciones pasadas hacia lo que tú mencionas?” {[Moisés] dijo: “Su conocimiento está con mi Señor, en un Libro; mi Señor no yerra ni olvida.”} Es decir: aunque ellos adoraron a otros fuera de Él, eso no es prueba a tu favor ni contradice lo que digo, pues eran ignorantes como tú. Todo cuanto hicieron está registrado en los Libros (las escrituras), tanto lo más pequeño como lo más grande, y mi Señor, glorificado sea, los recompensará por ello con justicia, sin oprimir a nadie ni siquiera en el peso de un átomo.

Allah subhanahu dice: {Le mostramos todos Nuestros signos, pero él desmintió y rehusó creer. Dijo: «¡Moisés! ¿Has venido a nosotros para sacarnos de nuestra tierra con tu magia? Hemos de responderte con otra magia igual. ¡Fija entre nosotros y tú una cita, a la que ni nosotros ni tú faltemos, en un lugar a propósito!». Dijo: «Vuestra cita será para el día de la Gran Fiesta. Que la gente sea convocada por la mañana».} [Ta-Ha: 56-59]

Allah subhanahu informa acerca del Faraón como desgraciado, de la magnitud de su ignorancia y de la escasez de su entendimiento, por haber desmentido las señales de Allah y haberse mostrado arrogante al no seguirlas. Le dijo a Moisés que aquello con lo que había venido era magia, y afirmó que ellos podrían oponerse con algo semejante. Luego pidió a Moisés que fijara una cita en un momento y lugar determinados. Esto, sin embargo, era uno de los mayores propósitos de Moisés (la paz sea con él) manifestar abiertamente las señales, las pruebas y los argumentos de Allah ante la gente. Por eso dijo: {Vuestra cita será el día de la Gran Fiesta (Yawm az-Zīnah)} que era un día festivo para ellos, en el que el pueblo solía reunirse.

{Y que la gente sea reunida por la mañana} al comienzo del día, cuando el resplandor del sol es intenso, para que la verdad sea más clara y evidente. No pidió que aquello tuviera lugar de noche, en la oscuridad, sino que pidió que fuera de día, abiertamente, porque tenía plena certeza y visión clara de su Señor, y la convicción de que Allah haría prevalecer Su palabra y Su religión, aunque ello fuera detestado por los coptos (seguidores del Faraón).

{Entonces Faraón se apartó, reunió su plan y luego vino. Moisés les dijo: “¡Ay de vosotros! No inventéis mentiras contra Allah, pues Él os destruirá con un castigo, y fracasará quien invente una falsedad.” Los magos discutieron su asunto entre ellos, y mantuvieron en secreto su conversación. Dijeron: “En verdad, estos dos son magos que quieren expulsaros de vuestra tierra con su magia y acabar con vuestra mejor doctrina. Reunid, pues, vuestro plan, y venid uno en uno. Hoy triunfará quien gane.} [TaHa 20:60–64]

Allah subhanahu informa acerca de Faraón que reunió a todos los hechiceros que había en sus tierras. Y en aquel tiempo, Egipto estaba lleno de hechiceros expertos, muy hábiles en su arte. Faraón mandó traerlos de todas las ciudades y regiones, hasta que se congregó una multitud inmensa. Faraón y toda su gente asistieron sin excepción, pues Faraón había convocado a todos para presenciar aquel gran acontecimiento. Salieron diciendo: {Tal vez sigamos a los hechiceros, si son ellos los vencedores.} [Ash-Shu‘arā’, 26:40]


{«Dijeron: “En verdad, estos dos son magos que quieren expulsaros de vuestra tierra con su magia.”»} Es decir: afirmaban que Moisés y su hermano Aarón eran dos magos expertos, hábiles y diestros en este arte. Su intención según decían era reunir a la gente alrededor de ellos, revelarse contra el rey y su gente, eliminarlos por completo y asumir el control sobre ellos mediante su arte de la magia.

{Reunid, pues, vuestro plan y venid uno en uno. Hoy triunfará quien gane.} Los magos dijeron estas palabras para animarse unos a otros, reflexionar y exhortarse mutuamente a reunir todos los recursos de engaño, astucia, trampa, magia y falsedad que poseían. ¡Pero qué lejos estaban de la verdad! Por Allah, se equivocaron las conjeturas y fallaron los juicios: ¿cómo podrían la mentira, la magia y el delirio oponerse a los milagros que el Soberano le dio a Su siervo Moisés, Su noble Mensajero, respaldado con pruebas claras que deslumbran las miradas y dejan perplejas las mentes y los entendimientos?

¡Qué diferencia entre lo que Allah promete y lo que promete el Faraón! El Faraón les había prometido y hecho esperar recompensas, pero el demonio no promete sino engaños y vanas ilusiones. Tal como se puede leer en el Corán, en la parte dónde se describe el sheitan: {Les hace promesas y les inspira vanos deseos, pero el demonio no les promete sino falacia.} [4:120]

{Dijeron: «¡Moisés! ¿Quién es el primero en tirar? ¿Tú o nosotros?». Dijo: «¡No! ¡Tirad vosotros!» Y he aquí que le pareció que, por efecto de su magia, sus cuerdas y varas echaban a correr. Y Moisés temió en sus adentros. Dijimos: «¡No temas, que ganarás tú! Tira lo que tienes en la diestra y devorará lo que ellos han hecho, que lo que ellos han hecho es sólo artimaña del mago. Y el mago no prosperará, venga de donde venga».} [Ta-Ha 65-69]

Cuando los hechiceros se alinearon, y Moisés y Aarón, (la paz sea con ambos), se colocaron frente a ellos, los hechiceros dijeron: “Arrojas tú primero, o seremos nosotros quienes arrojemos antes que tú.” Moisés respondió: {“Arrojad vosotros primero.”} Entonces tomaron sus cuerdas y varas, en las cuales habían puesto mercurio y otros materiales que las hacían moverse, de modo que al observador le parecía que se movían por su propia voluntad, aunque en realidad se agitaban por efecto de esos materiales. Así engañaron los ojos de la gente, los llenaron de temor, y arrojaron sus cuerdas y varas diciendo: {“Por el poder del Faraón, ciertamente seremos nosotros los vencedores.”} [26:44]

Allah subhanahu nos relata lo siguiente en el Corán: {«¡Tirad vosotros!» Y, cuando tiraron fascinaron los ojos de la gente y les aterrorizaron. Vinieron con una magia poderosa.}

{Y he aquí que le pareció que, por efecto de su magia, sus cuerdas y varas echaban a correr. Y Moisés temió en sus adentros.} Temió que la gente pudiera dejarse seducir por su hechicería y sus engaños antes de que él arrojara lo que tenía en su mano, pues Moisés no solía actuar sin haber recibido una orden. Entonces, Allah le reveló en ese mismo momento: {«¡No temas, que ganarás tú! Tira lo que tienes en la diestra y devorará lo que ellos han hecho, que lo que ellos han hecho es sólo artimaña del mago. Y el mago no prosperará, venga de donde venga»}*. En ese instante, Moisés arrojó su vara y dijo: «Lo que habéis traído es magia. Allah va a destruirlo. Allah no permite que prospere la obra de los corruptores. Y Allah hace triunfar la Verdad con Sus palabras, a despecho de los pecadores».} [10:81-82]

{E inspiramos a Moisés: «¡Tira tu vara!» Y he aquí que esta engulló sus mentiras. Y se cumplió la Verdad y resultó inútil lo que habían hecho. Fueron, así, vencidos y se retiraron humillados. Los magos cayeron prosternados. Dijeron: «Creemos en el Señor del universo, el Señor de Moisés y de Aarón».} [7:117-122]

Cuando Moisés (la paz sea con él) arrojó la vara, se convirtió en una enorme serpiente con patas, según mencionaron varios de los sabios piadosos predecesores (salaf salih). Tenía un cuello grande y una apariencia imponente y aterradora, de modo que la gente se apartó de ella, huyeron rápidamente y se alejaron del lugar donde estaba. Entonces, ella se dirigió hacia lo que ellos habían arrojado como cuerdas y bastones y comenzó a tragárselos uno tras otro con la mayor rapidez, mientras la gente observaba y estaba asombrada.

En cuanto a los hechiceros, vieron algo que los dejó perplejos respecto a su asunto; descubrieron un fenómeno que jamás había pasado por su mente ni por su imaginación, y que no entraba dentro de sus artes ni de sus oficios. En ese momento comprendieron, con el conocimiento que poseían, que aquello no era magia ni ilusionismo, ni engaño, ni fantasía, ni falsedad, ni mentira, ni extravío; sino una verdad que nadie puede realizar excepto la Verdad misma. Aquel que envió a Moisés con la Verdad y lo apoyó con ella.

Y Allah quitó de sus corazones el velo de la negligencia, los iluminó con la guía que había creado en ellos, y apartó de ellos la dureza. Entonces se volvieron arrepentidos hacia su Señor, se postraron ante Él, y dijeron abiertamente ante los presentes, sin temer castigo ni prueba alguna: “Creemos en el Señor de Moisés y Aarón.”

{Los magos cayeron prosternados. Dijeron: «¡Creemos en el Señor de Aarón y de Moisés!». Dijo: «Le habéis creído antes de que yo os autorizara a ello. Él es vuestro maestro, que os ha enseñado la magia. He de haceros amputar las manos y los pies opuestos y crucificar en troncos de palmera. Así sabréis, ciertamente, quién de nosotros es el que inflige un castigo más cruel y más duradero». Dijeron: «No te preferiremos a ti por encima de las pruebas claras que nos han llegado, ni por encima de Aquel que nos creó. Así que dicta lo que quieras dictar; solo puedes decidir respecto a esta vida mundanal. Creemos en nuestro Señor, para que nos perdone nuestros pecados y la magia a que nos has obligado. Allah es mejor y más duradero». Quien viene a su Señor como criminal tendrá el infiermo y en él no podrá morir ni vivir. Quien, al contrario, venga a Él como creyente, después de haber obrado bien, tendrá la categoría más elevada: los jardines del edén, por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estará eternamente. Esa es la retribución de quien se mantiene puro.}

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